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EN LOS LÍMITES DEL ARTE



El arte sólo está limitado por la capacidad de nuestros sentidos para percibirlo y la técnica utilizada por el creador para generarlo. Así reza en la entradilla tras el título de este blog. 
Cada uno de nuestros sentidos está preparado para procesar un determinado estímulo procedente de nuestro entorno. Integrada la impronta recibida del exterior a nuestra organicidad en nuestro sistema nervioso, si llega a la conciencia es aceptada como información que produce sensaciones y éstas a su vez, emociones. Todas, de diversa índole, pero a todo estímulo procesado tras ser sentido, se responde con una emoción.., acompañada o no de otras reacciones como un impulso motor, pero eso es otro campo que podemos dejar al margen en esta reflexión.
Las sensaciones son clasificadas según la emoción que nos trasladan que no es más que la reacción que en nuestro organismo desatan como un resorte. Es la acción-reacción permanente que establecemos con el ambiente que nos envuelve. Percepción-sensación-emoción.
ESQUEMA DEL SISTEMA NERVIOSO
 
No todos los impactos recogidos por las protoneuronas primeras que los reciben, acceden a la conciencia. Nos volveríamos locos si así fuese. Algunos de ellos, o quizá la mayoría, provocan respuestas de las que ni nos enteramos. Se almacenan en el baúl del sótano inconsciente. Pueden ser rescatados por algún factor eventual que obliga a emerger elementos de cuya propiedad éramos ignorantes y hasta nos sorprenden en nuestra conducta. Los instintos, los atavismos, los actos reflejos, etc. están guardados aunque bien aprestados a asomarse para cuando se les necesita. La región del cerebro que almacena las sensaciones lejos de la conciencia es el área límbica.
Para que un hecho de nuestro entorno se convierta en un estímulo para nuestro sistema nervioso ha de reuinir unas condiciones físicas delimitadas. No todas las longitudes de onda sonoras, lumínicas o de otra naturaleza, están encuadradas en el espectro, en la horquilla, que reconocen nuestros sensores, nuestras protoneuronas. Es prosaico pero es así. Se excitan por meras vibraciones que son transmitidas con una corriente eléctrica, como la de los cables de luz de nuestras casas, a través de las neuronas especializadas en cada uno de los sentidos que conocemos, hasta los centros que entienden de las distintas vibraciones: ópticas (lumínicas), auditivas (sonoras), tactiles (báricas), gustativas (reacciones químicas con sólidos y líquidos) y olfativas (reacciones químicas con gases).
La excitación de la protoneurona que está en contacto con el ambiente exterior produce una descarga eléctrica a base de iones que entran en la siguiente neurona produciendo otra excitación de su membrana... Y así suscesivamente. Las neuronas "no se tocan" entre ellas; su transmisión es mera química que se traduce en ondas eléctricas de un voltaje medio de -90 milivoltios. Los espacios interneuronales se denominan sinapsis. 
ESQUEMA DE UNA SINÁPSIS
 
El descubridor de todo este artilugio biológico fue Santiago Ramón y Cajal. Por este hallazgo recibió el Premio NObel de Medicina.
SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL
 
La adrenalina, noradrenalina, aceticolina, dopamina, serotonina, histamina y otros, son sustancias proteicas que facilitan el trasiego de iones de calcio, sodio, cloro y potasio entre las células neuronales. Son las llamadas catecolaminas. 
El movimiento no es más que una descarga eléctrica de un nervio sobre un músculo que por ese efecto se contrae.
En realidad somos muy sencillos conceptualmente pero muy complejos en la intimidad operativa y en la organicidad. Somos maquinitas muy bien organizadas... 
RED NEURONAL
 
¡Volvamos al arte!
El ser humano se vale de ingenios artificiales y naturales para hacer llegar objetos comunicacionales, mensajes, estímulos a sus congéneres. Son herramientas que generan vibraciones dentro de los espectros asumibles para nuestras neuronas. Decidimos qué queremos transmitir y lo empaquetamos en un vehículo físico. El habla, un instrumento musical, un dibujo, un color, un alimento cocinado, un aroma de una flor, una caricia... Sabemos qué efecto va a producir en la otra parte porque sabemos qué efecto produce en nuestro organismo. Nuestro propio cuerpo es el referente para conocer las respuestas de los demás cuerpos similares o casi idénticos a los nuestros.
Esos instrumentos responden a tecnologías que hay que conocer. Unas son connaturales a nuestra existencia como el habla y otras requieren de adiestramiento como las técnicas artísticas.
Propondré más tarde un ejemplo para comprender hasta que punto es fundamental que exista un instrumento que reproduzca la idea de un autor. 
Si no existe esa intermediación entre el creador y el contemplador de la obra no hay arte porque no se establece comunicación. Opinión discutible la que termino de enunciar, lo sé. Me arriesgo.
Kandinsky en su libro "De lo Espiritual en el Arte" sostiene lo contario, que la obra no tiene por qué pretender que un receptor, ya no sólo la entienda, sino que la reciba, la perciba. Estoy de acuerdo pero sólo por una razón: En el caso de que un artista no pretenda acceder a nadie con su obra más allá de él mimo, lo que sucede es que el creador y el receptor se funden en una sóla persona... pero han de existir esos dos polos. El artista se desdobla en un ser bipolar, neurológicamente es un yo-yó sensual. Sus estímulos salen de de sus sentidos y tornan a ellos para ser percibidos y procesados. Van y vuelven antes de llegar a nadie. Sí, son emitidos y percibidos. El punto de origen coincide con el de destino.

 KANDINSKY

El artista puede crear para sí mismo, pero son sus sentidos quienes se emocionan en mayor o en menor medida con lo que presenta ante sus propios sentidos aunque sean estos quienes han trabajado para ellos mismos. De ahí el poder de "medium" de los autores de las obras que han de penetrar sistemas nerviosos ajenos. Así lo consideraba Wagner que se veía como un exégeta entre el mundo platónico de las ideas y el resto de los humanos. 

Wagner por Renoir
Pretenciosa pero cierta su formulación también. Es el creador quien filtra primero lo compuesto antes de lanzarlo a los sentidos de los demás. Por eso creo que Kandinsky está en los cierto al tiempo que, sorprendentemente, corrobora mi postulado. Sí, estoy ante una paradoja. y espero que me entendáis. 
Si alguien experimenta sensaciones y emociones ante la recepción de un impulso en sus terminaciones nerviosas, similares a la respuesta con que su organicidad responde a la contemplación de un objeto neurológico considerado obra artística, no debe preocuparse de quién es el autor de de aquéllo que ha logrado conmover de una determinada forma su mente.
Simplemente ha alcanzado el estado de impactado para generar una reacción dentro del orden artístico. Estos resortes son inconscientes, vegetativos en algunas fases de su proceso. No vamos a entrar en profundidades neurológicas pero, hasta se sabe en que área cerebral se desencadenan nuclearmente. En el sistema límbico, en lo más profuno y protegido del encéfalo. Yace cómodo y aislado entre ambos hemisferios cefálicos. 
¿Cómo de define el sistema límbico? ¿Cómo actua? Es complejo y no deberíamos extendernos aquí pero es fundamental para la comprensión del hecho artístico en nuestro organismo.

El sistema límbico es un sistema formado por varias estructuras cerebrales que gestionan respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales. Está relacionado con la memoria, atención, instintos primarios como los sexuales, respuestas emotivas de todo tipo y nivel (por ejemplo el placer, el miedo, la agresividad, etc.), Es, en definitiva el responsable de los gestos y protocolos que definen la personalidad y sus conductas. Está formado por partes del tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala cerebral, cuerpo calloso, septo y mesencéfalo.
El sistema límbico interacciona muy velozmente (y al parecer sin que necesiten mediar estructuras cerebrales superiores) con el sistema endocrino de la hipófisis y el sistema nervioso vegetativo, el inconsciente (el encargado del ritmo respiratorio, la frecuencia cardíaca, el erizamiento piloso, las reacciones vagales, etc.)
 
El Limbo 
(De color rojo en el esquema) 


No se haya comprometido con ningún área sensorial pero a este núcleo compete procesar la información procedente de los centros del olfato, de la vista, del tacto, del oído, del gusto y las asociaciones múltiples producidas entre ellos. De él parten las respuestas, si decide que las haya, y si la siguiente instancia, el cortex, la conciencia volitiva, no disiente de esa resolución por la interferencia de frecuencias emitidas en ese momento  desde el medio externo que emite permanentes vibraciones facultadas para variar las ponderaciones del limbo, a las que se suma a la influencia de factores soterrados en el subconsciente. De unos y otros, de los externos y de los emplazados en lasprofundidades internas, no sabemos nada hasta que  prestos, pertinaces y atentos acuden desde el entorno o emergen desde vericuetos trazados en las remotas estancias cerebrales, para castrar a la conciencia o para, por el contrario, apoyarla y potenciarla.
También intervienen en la sucesión de acontecimientos del procedimiento que da lugar a la sensación de hallarse ante una pieza artística, la conciencia activa con facultades como la memoria, por supuesto. Es la aportación racional en la que se abrazan o pugnan componentes externos e internos, antiguos o actuales, determinantes en la potenciación o atenuación del sentimiento artístico.
Así, el objeto capturado por nuestros sentidos es clasificado y colocado en el compartimento que le corresponde atendiendo al tipo de reacción que provoca en nosotros. Puede penetrar y ser direccionado automáticamente, indefectiblemente hacia el área que le corresponde y acceder o no a la corteza cerebral dónde residen las actividades conscientes, la materia gris (ése es su color real). A cada función mental le corresponde un órgano neurológico o área cerebral.

 Esquema de Áreas cerebrales
(Simplificación didáctica)


La conciencia actua suministrando información que ha extraído del sótano subconciente como recuerdos asociados, mecanismos aprendidos, etc. o adjuntando otrosprocedentes del entorno inmediato o remoto, para modificar en mayor o menor magnitud la respuesta primaria. Por ejemplo los prejucios educacionales o primarios, el contexto o las opiniones del ambiente en el que se produce el contacto con lo emitido por el autor del objeto comunicación clasificado como arte, pueden provocar reaciones emocionales absolutamente dispares entre dos individuos expuestos a condiciones distintas y una misma presentación será relevante a una persona en un momento y no causará más que indiferencia en otro instante con circunstancias no similares.
Por otra parte la sensación, la emoción resultante del procesamiento de lo recogido por nuestras protoneuronas no necesariamente ha de consistir en percepciones agradables o placenteras. Hay multitud de creadores que han sido elevados a los altares de la veneración pública por la autoría de obras que desataban la confusión o eran consideradas un insulto agresivo a la inteligencia, una falta de respeto o una provocación. Se etiqueta este arte como provocativo o agresivo a una determinada clase o colectivo ideológico o social... Pero no se le retira la catalogación de obra de arte.
La tan manida equiparación de la belleza con el arte tampoco sirve para delimitar el arte. Es un sentimiento subjetivo e irrepetible en su definición de un sujeto a otro. Además hay piezas artísticas como las películas de terror o las escenas repelentes que soportamos en una representación de cualquier índole, a las que no se les retira su condición de obra creada por un artista por muy molestas o adversas que resulten las respuestas en nuestro cerebro.
No me sirve tampoco la limitación del hecho artístico a la descarga de adrenalina u otras catecolaminas derivadas del contacto con la pretendida obra. Un masaje relajador no es arte. Un susto espontáneo no es arte... 
Volviendo al ínclito Kandinsky, reivindico para el receptor el mismo privilegio que detenta el artista.




Si el creador no necesita neuronas ajenas para clasificar según sus emociones qué es y qué no es arte, porque se basta con sus propios sentidos para ese juicio, el expectador tampoco necesita del concurso de un autor para que algo que se presenta ante él sea catalogado por su sistema neuronal como cosa artística capaz de desencadenar descargas catecolamínicas similares o iguales a las de actuaciones con fines artísticos de un emisor. 
Es decir, el sujeto pasivo reconoce como arte algo, a veces, que otros no comparten como creación artística por preclaridad o por esas condiciones particulares a las que estamos sometidos en cada escenario o contexto.
Es más, durante tiempos largos no se categorizaba como valor a apreciar actividades elevadas al altar en momentos distintos porque alguien supo sentir con precocidad lo que explicó al resto de la sociedad para descubrirles obras en las que nunca habían visto arte.
El receptor pues, al igual que el artista decide por sí mismo, por sus propios sentidos sin la concurrencia de un autor vocacional y finalista.
En el encuadre ocular de dos ladrillos sucios abandonados sobre una alfombra raída en un rincón de un colorido estercolero puede haber un motivo de recreación sensual donde antes o para otros no existía más que inmundicia, basura. Y nadie buscaba eso cuando dejó caer los ladrillos alí. E incluso es posible que los larillos hayan dado con su textura, color y forma en ese arapo destrozado tras deslizarse pasivamente sin que nadie haya ejercido un actovolutario para dotar a esos elementos de esa composición percibida por uno, y a lo mejor sólo uno de los miles de viandantes que han pasado por ahí. 
La fotografía detiene la eternidad muy a menudo en instantáneas invisibles a los ojos desnudos.
La realidad mostrada por la c´mara de un poeta nos provoca sensaciones artísticas en objetos que hubiesen pasado desapercibidos para un viandante distraído con su atención focalizada hacia otras circunstancias... Un hombre sentado en el suelo con una niña ante él es algo muy común, dicho así nada nos traería el concepto de arte a nuestras neuronas...

Hemos comprobado o he intentado que los pacientes y sufridos lectores que hayan alcanzado este punto de este cansino texto, se percaten de que el principal límite del arte está en la capacidad de captación de nuestros sentidos y en los procesos neuronales desencadenados.
Puedo imaginar, navegando por el mar de las ideas, objetos suscepibles de ser ofrecidos como arte... Infinitos sonidos, aromas, sabores, imágenes, texturas... Pero si no dispongo de herramientas para crearlos, plasmarlos, convertirlos en impactos en mis sentidos o en los de los demás , el objeto no existe. Sólo existe lo que nuestro cerebro desea y consigue que sea.
Algunos ardides de la razón sirven para adentrarse en vacíos oscuros a los que nuestros sentidos no accederían. Es el caso de las matemáticas o las elucubraciones científicas, admirables y bellas pero no sé si artísticas aunque demanden inventiva y creatividad a sus autores. Pero sí que acepto el aforismo de: Conocer es querer. Es una burda reducción a lo absoluto de algo que es relativo pero me vale como aproximación al hecho de que la razón, las influencias sobre la capa consciente, el aprendizaje, pueden ayudar a percibir como sentimiento artístico aquéllo que antes no lo era. 
Es la traída y llevada educación sensorial. La educación desarrolla en algunos casos un cierto síndrome de Estocolmo. Uno odia algo y más si le obligan a aprenderlo a golpe de esfuerzo y constancia en él. Y sin embargo de esos trances sufridos muy a menudo en la infancia, en los momentos de mayor predisposición de nuestros sensores... surgen aficiones e inclinaciones para el resto de los días. Y muchas veces rescatan predisposiciones que hubieran aflorado demasiado tarde. El cerebro requiere disciplina y ejercicio para el placer. El abandono a la comodidad de la pasividad neuronal lleva siempre a la estulpicie y al embrutecimiento. No aprender más que lo que no precisa actitud activa deja la conducta al dictado de estímulos externos sin capacidad de análisis y juicio antes de la obediencia y sometimiento a quienes piensan por quienes no piensan. Lavar el cerebro, dejarlo vacío es el primer paso al dominio fácil de la personalidad ajena. El sueño de tiranos intelectuales y físicos.  La educación equilibra la potencia entre los dos hemisferios encefálicos, el izquierdo y el derecho, el de las formulaciones rígidas, numéricas, y el de las emociones, la elucubración... Pero ese tema requiere disquisición a parte... Si no pondera con criterios igualitarios su incidencia sobre una y otra porción encefálica, el efecto resultante de la formación de la personalidad puede ser castrante de elementos de la conducta que configura la personalidad a favor de un exceso de necesidad de razonamiento lógico a la hora de tomar decisiones o de un exceso de valoración de las emociones como único parámetro a tener en cuenta ante las contínuas disyuntivas presentes en el curso de las respuestas que determinan nuestro comportamiento, segundo a segundo, consciente o inconscente.
El arte es la consecuencia de un proceso mental y de un herramienta capaz de desencadenarlo.
Es, en definitiva un lenguaje que va de unas neuronas a otras para transmitir un estímulo que penetra hasta una determinada área de nuestro encéfalo. Y es allí donde se aplica un complejo protocolo fisiológico con la concurrencia de factores procedentes de multitud de orígenes funcionales, que sentencian qué es y qué no es arte para una persona en un momento... 
Puedo leer un poema en un idioma que desconozco pero sentir su ritmo y su belleza musical intrínseca si alguien lo declam aunque no sepa qué dice. La música sólo está limitada por los instrumento que la producen, el compositor puede idear pero necesita un aparato y un exégeta de su pensamiento. Las galaxias están o han desaparecido pero sin telesopio no podemos disfrutar de su belleza... y no conocemos ni remotamente a su autor. Una partitura no suena por más que la miremos y si una orquesta la "lee" para nosotros, nos puede llegar a emocionar.
La entonación sin más es bella, se aprecia como arte por su musicalidad, su emotiva declamación, su ritmo, la cadencia... (Para ver el vídeo apaga la música en el botón que hay abajo del todo en la página)


El Cuervo de Poe
(Declamación de Vincent Price. Versión en inglés.) 



El Cuervo de Poe
 (Declamación de Vincent Price. Versión subtitulada.)



Las neuronas acogen el estímulo y lo procesan en el área adecuada según los sentidos involucrados. Arraiga con más furza el mensaje con código reconocible e inteligible a través de una impronta paralela como la traducción en un metalenguaje como la escritura de los subtítulos que la mera fijación de lo percibido de una forma inconsciente o de códigos semióticamente más abiertos como la entonación, la cadencia y las imágenes. 
es así de sencillo. Para que algo alcance el área límbica capaz de traducir en emociones vegetativas capaces de ser clasificadas en nuestra conciencia como arte, sólo se precisan dos grupos de factores: Los operadores fisiológicos neuronales de nuestro organismo, de nuestro sistema nervioso central, y los operadores tecnológicos capaces de transformar el mensaje contenido en una idea en una vibración física en la banda adecuada para ser captada por nuestras neuronas sensoriales en primera instancia, nuestros centros cerebrales después y los sótanos vegetatvos que decidirán si movilizan la corteza cerebral de la conciencia hacia una respuesta clasificada como esfera del arte o no. Y eso es la emoción. La apreciación de un objeto como pieza artística es un determinado tipo de respuesta emotiva que a su vez desencadenará procesos orgánicos diversos como la aceleración del pulso cardiaco, la atonía muscular... miles de microrreacciones dependientes de la afectación mayor o menor del sistema límbico, el más profundo de los planos cerebrales, donde las respuestas no son controlables por nuestra voluntad consciente. Todo cuanto prcede de ahí... es gobernado por el núcleo más cruel con nuestro autocontrol... Simplemente lo desprecia.
Sólo se precisa un ingenio tecnológico y un sistema nervioso. Entre ellos anda el juego complejo de la delimitación del lenguje, el sentimiento y la comprensión artísticas.
Sin telescopio no hay galxias. Sin violín no hay notas...




Neuronas




Telescopio Hubble




                          Belleza sin autor conocido                       

  








Creatividad para imágenes específicas
(Música de Vangelis para imágenes de la serie Cosmos de Carl Sagan



Carl Sagan Director del Proyecto Voyager



Emoción provocada por la comprensión de un mensaje 
(Homenaje de Vangelis al divulgador de conocimientos científicos Carl Sagan)



Si alguien establece un flujo de comunicación con nuestros sensores, si éstos aceptan los estímulos, los captan, nuestro proceso de transmisión neuronal los envía al área que los retiene, si en el sistema límbico les otorga el grado y tipo de emotividad necesarios para ser clasificado como hecho artístico y nuestra conciencia lo asume así, si está de acuerdo nuestra voluntad tamizdo el retorno de lo inconsciente a lo consciente por influencias externas y almacenadas en nuestro subconsciente.... Nuestro cuerpo reaccionará con gestos vegetativos propios de la sensación considerada como arte.
 Si la longitud de onda no es capatada por nuestras protoneuronas sensoriales o no existe un ingenio capaz de convertir en tangible la idea germinal... Nuestro organismo no reconocerá la experiencia como arte. 

LEWIS DONAHUGH para EN LOS LÍMITES DEL ARTE

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